jueves, 28 de marzo de 2013

Otra visión sobre el mismo asunto

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¿Seguridad bancaria? Solo en Alemania

Javier Valenzuela
En los anales de la Unión Europea, la gestión de la crisis de Chipre quedará como aquel momento en que millones de personas vieron confirmado su peor temor: la tripulación de un avión que se está quedando sin combustible en plena zona de turbulencias no tiene ni idea de lo que está haciendo. O para ser más precisos, tan solo tiene una idea primaria, a saber, manda el más fuerte, Alemania.
La alarma ya era generalizada ante el empecinamiento de la UE en tratar el tumor primario de la economía continental –la recesión y el paro- con una receta –la austeridad presupuestaria- que sólo sirve para agravarlo. Imaginen a un enfermo al que, al borde de la muerte y ya en el quirófano, el doctor le diagnostica un problema de sobrepreso y le decreta una reducción drástica de todo tipo de alimentación. Así, sentencia el galeno, lograremos que adelgace y, además, reduciremos los gastos del hospital.
El doctor alemán actúa en base a una ideología –el fundamentalismo del equilibrio presupuestario-- que se aparea con un interés --la germanización de Europa--. El doctor alemán tiene una mentalidad de contable --las gallinas que salen por las que entran y viceversa-- al servicio de los bancos de su país.
En su primer medio siglo de existencia, la Unión Europea fue construyéndose en base a una filosofía que pretendía evitar la repetición de los horrores de las dos guerras mundiales: la de la europeización de Alemania. Pero, caído el imperio soviético y reunificada Alemania, buena parte de las élites germanas empezaron a pensar en que lo suyo sería germanizar Europa. Sobre todo, se dijeron, si era Alemania la que, con su marco, había puesto los cimientos de la moneda única, el euro.
No es casualidad, sino fruto de una lógica histórica, el que sea un gobierno conservador alemán dirigido por una política de visión estrecha el que esté imponiendo esta germanización de la Europa continental.
El autoritario liderazgo de la UE de Frau Merkel y los suyos se está traduciendo en la ruptura unilateral de todos los contratos que han regido nuestra existencia en las últimas décadas: el contrato solidario entre los países del norte y el sur de Europa y los contratos sociales y económicos en el seno de todos y cada uno de los países del sur.
Hay que poner en su sitio a los meridionales, se han dicho en Berlín, y esto les obliga a una devaluación acelerada. De ahí que, unilateralmente, se nos rebajen los salarios, se nos alarguen las jornadas laborales, se nos reduzcan las indemnizaciones por despido, los subsidios de desempleo y las pensiones de jubilación, se nos recorten derechos elementales a la educación y la sanidad públicas. Nuestro lugar va a el de Turquía.
La crisis chipriota lo ha confirmado. Durante una semana larga, la UE ha sembrado la inseguridad y hasta el pánico no solo en Chipre, sino en otros países débiles de la zona euro y, en general, en la economía continental y en el modo cómo ésta es vista desde el resto del mundo.
Fue el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, el que, según ha revelado la prensa de su país, impuso desde el primer día la fórmula de realizar una quita a los depósitos bancarios chipriotas para pagar lo sustancial del rescate a la isla. Lo inaceptable para los depositantes en bancos alemanes u holandeses (ya no digamos suizos) era imprescindible para los depositantes en bancos chipriotas.
Se añadía así otra nueva ruptura unilateral de contrato. Y se enviaba otro mensaje aterrador: si eres chipriota, griego, italiano, portugués o español (o si tienes cuentas en bancos chipriotas, griegos, italianos, portugueses o españoles), no des por hecho que tu dinero –aunque sea fruto de tus ahorros o resultado de una indemnización por despido o por accidente- es intocable. No, la Troika puede meterle mano si lo considera oportuno.
Así que si quieres seguridad, si no deseas algún día verte atrapado en un corralito, guarda la pasta en el colchón, o, mejor aún, ábrete cuentas en los bancos de la Europa germánica (o el Caribe).

La verdad es que hace tiempo sospechábamos ésto


elEconomista.es

"La realidad de la crisis es que los pobres de Atenas pagan a los ricos de Alemania"

  • "Tozudo y egoísta: Europa hace lo correcto dudando del liderazgo alemán"
  • Alemania está "poniendo los grilletes de la deuda" a otros países europeos
  • Der Spiegel concluye recordando que la paz en Europa no está garantizada
merkel

El semanario alemán Der Spiegel, de izquierdas, ha publicado un duro editorial en contra de la política que está llevando a cabo el gobierno de Angela Merkel en Europa, y asegura que los alemanes no solo no están pagando por la crisis de deuda, sino que se están beneficiando de ella. Schaeuble sostiene que las críticas de otros países a Alemania son producto de la envidia.
El titular lo dice todo: Tozudo y egoísta: Europa hace lo correcto dudando del liderazgo alemán en el euro, y el semanario asegura que "el drama sobre Chipre ha dejado claro que la crisis de la Eurozona se está transformando en una lucha sobre la hegemonía alemana en Europa".
En la superficie, Merkel y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, parece que trabajan para estabilizar la economía. "En realidad, están poniendo a otras naciones los grilletes de la deuda", asegura.
El último ejemplo ha sido Chipre, donde de nuevo Alemania ha perseguido los objetivos equivocados, mostrando su incapacidad para ejercer su poder correctamente. La idea de imponer pérdidas a los pequeños ahorradores era la de mantener los "principio de crimen y castigo", y aunque al final se corrigiera, mostró que la palabra de Merkel no vale nada. "Chipre ha mostrado una vez más que Europa no puede confiar en los alemanes".
La última semana muestra la imagen que está proyectando Europa: "banqueros irresponsables jugando con dinero de defraudadores de dinero y políticos ayudando a ambos grupos para salvarse a sí mismos a costa de la gente corriente, que no tiene ni los recursos ni la influencia para conseguir algo de seguridad. Y todo ello bajo dominio alemán".
El tono duro del editorial continúa. "Como dos veces antes en nuestra historia reciente, los alemanes están teniendo cada vez en conflictos mayores con sus vecinos sin pensar en el coste. Es un camino que puede llevar fácilmente al miedo a la hegemonía política alemana. De hecho, la idea de integración europea de Merkel es simplemente que Europa debe plegarse la voluntad política de Alemania".
La verdad sobre la política alemana ha sido revelada, tozudez que ellos ven como ser fieles a unos principios, "pero que en realidad no es más que santurronería". Además, Merkel ha roto los principios de Alemania Occidental sobre Europa e incluso los de de su partido: en lugar de garantizar más poder para Bruselas, ha decidido que los estados nación vuelvan a mandar más.
El conflicto que está surgiendo entre Alemania y el resto de Europa no está basado en la economía, sino en la política del poder. "Los alemanes están poniendo a los europeos los grilletes de la deuda", asegura antes de parafrasear a David Graeber, activista de Occupy Wall Street.
Graeber dice que "si la Historia muestra algo es que no hay mejor manera de justificar las relaciones basadas en la violencia, de hacerlas que parezcan morales, que redefenirlas en el lenguaje de la deuda, sobre todo porque inmediatamente hace que parezca que la víctima es quien está haciendo algo malo".
"Como en el pasado, los perdedores están siendo ridiculizados. Aquel que tenga deudas es culpable de su propio crimen", continúa el semanario, que explica que esa línea de pensamiento permite que haya acusaciones a otros y autocompasión. Y pone de ejemplo a aquellos alemanes que se quejan de poner las garantías para el rescate y encima ser odiados, repudiados y caricaturizados. Una idea que ha pasado de los medios a las conversaciones en los bares.manes se benefician de la crisis
El problema es que "todo eso es mentira. Los alemanes no solo no han pagado la crisis, sino que se han aprovechado de ella. Solo en intereses se han ahorrado 10.000 millones de euros el año pasado, algo de lo que se han beneficiado desde el inicio de la crisis. Además, están los intereses que pagan las naciones acreedoras. La realidad de la crisis del euro es esta: los pobres de Atenas están pagando a los ricos en Alemania".
Der Spiegel concluye recordando que estos experimentos han fracasado en el pasado, y que fallarán en el futuro, ya que los europeos no lo permitirán. Mientras los alemanes siguen aplaudiendo a su conciller, deberían marcar las palabras de Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo.
"Aquel que crea que el eterno asunto de la guerra y la paz en Europa ha sido enterrado de manera permanente estaría cometiendo un error monumental. Los demonios no han sido desterrados, simplemente están durmiendo", termina a modo de advertencia la revista.

Mensaje del Dalai Lama al Rey


La corrupción política no es un mal nacional, sino europeo

 Zona Crítica

UE: no es una grieta, es un derrumbe

La UE ha demostrado con Chipre que nadie puede llamarse a engaño: los fiascos de sus bancos -los fiascos del capitalismo para ser más precisos-, se pagan entrando a saco en las cuentas corrientes de los ciudadanos. Tras los habituales globos sonda y desmentidos, Bruselas confirma que estudia aplicar a otros países esa “contribución de los ahorradores”. Incluso existe un apoyo global a la medida del Ministerio de Economía español. Es decir, al cobro en especie, como nos venían practicando, se añade ahora el saqueo directo. La UE incurre en dos graves contradicciones para su ideario: no respetar ni la propiedad privada, ni la libre circulación de capitales. E induce a guardar los dineros en lugar seguro: ¿los bancos alemanes?  
 Europa fue –y aún es- una idea esplendorosa que ha caído abatida por los errores –intencionados, la mayoría-. Partimos de su pecado original: constituirse en una unión económica que nunca ha logrado trasladarse a lo social. Añadamos el fuerte nacionalismo de sus componentes. Y, como guinda, el predominio de la potente Alemania que, en particular desde el inicio de la crisis, pincha y corta a su antojo. Con la aquiescencia general, desde luego.
 Fue Alemania, su canciller Angela Merkel, la que introdujo en nuestras vidas la “austeridad” dándole carta de naturaleza definitiva en la cumbre del G20 en Paris en 2011. Con ella tapaba bajo siete mantas de amianto la peregrina pretensión de “refundar” el capitalismo que se había alumbrado tras el desplome de Lehman Brothers y todo el sistema financiero internacional en 2008.
 Alemania, sus bancos, han salido intensamente beneficiados de la Unión. Y todavía más, de la “crisis de la deuda” que se nos vino encima, “casualmente”, sin que nadie la esperara. En lugar de establecer eurobonos para afrontarla o alguna regla al menos para evitar el fuerte desequilibrio en la financiación (Alemania paga su endeudamiento a poco más del 1% y España en torno al 5%), siguió utilizando al BCE para surtir de dinero a los bancos privados al 1% de interés. Como dice el economista Juan Torres López: “Si los saldos presupuestarios negativos del sector público desde 1989 se hubieran financiado al 1% por un banco central auténtico, nuestra deuda soberana sería ahora de algo menos del 15% del PIB y no de casi el 90% que vamos a superar en 2013”. La nuestra, la de España. En realidad toda Europa –no solo la del euro- se está hundiendo por las erráticas políticas que se aplican. Las que han desatado la mayor crisis social de la década o de varias décadas, como reflejan los datos de la propia UE. “No hay precedentes de unas diferencias tan grandes entre el sur o la periferia y el norte de la zona euro”, explican en concreto.
 La defensa a ultranza de los bancos alemanes le viene grande, sin embargo, a la hija del pastor prebisteriano germanoriental (en explosiva mezcla) y Europa se le ha ido de las manos. La troupe de mediocres que la ampara no hace sino afianzar el desconcierto. Europa ha perdido peso en el mundo. A borbotones. Europa se desmorona como un edificio en ruinas.
 Lo primero que llama la atención de la odisea que vivimos es la opacidad de la toma de decisiones. ¿Quién ha dado la orden de crucificar tan a las claras a los ciudadanos chipriotas y a todos cuantos les venga en gana? ¿Alemania, el FMI, la Troika en su conjunto, la Comisión, el Consejo Europeo, el ECOFIN? A la mayoría de ellos no los hemos elegido. No a todos por voto directo. Pero lo peor es que desde los tiempos de MERKOZY todo se hace a escondidas, en secretas camarillas, antidemocráticamente.
La UE se ha convertido en un paquidermo al que envían sus sobrantes los partidos nacionales. Buena culpa de ello es de los votantes que “no se fijan” en lo que votan. Los lobbys campan a sus anchas por la sede del Parlamento de Estrasburgo. Sus regalados diputados -que viajan por su voluntad en primera clase y trabajan como máximo tres días y medio a la semana- no dan abasto para atenderles. Más, cuanto mayor es su poderío económico para hacerse oír. ¿Cómo puede funcionar nada limpia y eficazmente así?
La UE maneja un presupuesto anual de más de 140.000 millones de euros. Plagada de organismos diferenciados, 38.000 personas trabajan en la Comisión y  más de 7.600 en el Parlamento. Y hay que sumar todos los cargos y diputados. Evidentemente, ejerce una labor positiva sobre muchos aspectos del funcionamiento de los países, pero son incontables las partidas y estudios que podrían suprimirse por su irrelevancia. Claro que no sabemos el interés de los lobbys en que se traten esos temas.
Acaban de aprobar los presupuestos para el nuevo período que se inicia en 2014, sin haberse celebrado las elecciones que podrían dar otra composición. Y… han vuelto a clavarnos la austeridad hasta final de la década. Mermando por primera vez el cómputo total de gasto que, con seguridad, no será a costa de su inmensa burocracia sino de materias fundamentales que afiancen la ideología hoy dominante. Y ahora dan un paso más, un salto en el vacío, al añadir nuestras carteras en lo susceptible de desvalijar. La autoría última parece definirse pese al oscurantismo: el copyright, oh, milagro, también es de Merkel. ¿Dinero en desbanda a sus bancos? ¿Quién se arriesga a depositarlos en otro lugar? ¿Tiro de gracia a la UE y, lo que es mucho peor, a sus ciudadanos?
La Unión Europea precisa una regeneración radical. De bayetas, estropajos, fumigadores, apuntalamiento de cimientos y vigas maestras. Y eso se consigue sabiendo qué se vota allí como primer paso. Erradicar el problema para convertir la UE en aliado de los intereses ciudadanos. Con otro Parlamento, otra Comisión, otras instituciones, otro estatus para el BCE, sin duda, sería posible mermar el poder del Consejo de jefes de Estado y gobierno. El club de fútiles que se deja manejar por Merkel. Los que han decidido o amparado –en última instancia así es- que los costes de su pésima gestión los pague la sociedad. O eso, o romper la baraja y que cada uno tire por su lado. 
 Sería una lástima consentir que los burócratas neoliberales acaben con Europa. Está a punto de ser, si no es ya, únicamente el Museo del mundo, lleno de ciudadanos depauperados como atrezzo. A España le interesa en particular, a ver si de una vez una Europa de los ciudadanos logra aventar la caspa ancestral que se apega obstinada a nuestras raíces.

Mensajes sin clave


La unión ciudadana más poderosa de lo que se creen

 

Los médicos recaudan 183.000 euros para llevar a los tribunales las privatizaciones de González

La Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) ha logrado su objetivo. Gracias al apoyo de sanitarios y pacientes ha reunido, en apenas mes y medio, 183.000 euros para llevar ante los tribunales la privatización de hospitales y ambulatorios ideada por Ignacio González. Hace unos días el colectivo remitió un informe a la Defensora del Pueblo para que presentase en su nombre un recurso de inconstitucional contra estas medidas.
Según ha informado la AFEM a través de su perfil de Twitter, desde que el pasado 12 de febrero diesen el pistoletazo de salida a la recaudación de fondos para la “defensa jurídica” de la Sanidad pública han recaudado 183.000 euros. Esta cantidad supera en 1.500 euros el objetivo inicial marcado por la asociación para garantizar los primeros pasos en los tribunales contra las externalizaciones.
Los médicos han calificado de “impresionante” el apoyo recibido, que les ha dejado “sin palabras”. Sólo han podido articular un “gracias” que han dedicado a todos aquellos que han colaborado en su iniciativa y que son quienes harán posible emprender la vía legal.
La portavoz de la AFEM, Fátima Brañas, explicaba hace unos días que habían recibido donaciones “desde los 14 euros” de personas y grupos, y de muchos ciudadanos no sanitarios preocupados e interesados en defender la Sanidad pública, aunque “ninguna espectacular”.
No obstante, y aunque la cantidad recaudada supera el objetivo inicial de la AFEM, Brañas aseguró a este diario que seguirán adelante con la campaña porque no se sabe a ciencia cierta cuánto dinero será necesario si el proceso se alarga. Por tanto, la cantidad que no utilicen para este fin será donada a “una ONG o asociación que se decidirá en la Asamblea de asociados”.
Hace unos días los médicos remitieron a la Defensora del Pueblo un informe elaborado por el bufete de abogados que han contratado para llevar a los tribunales a la Comunidad de Madrid, López Rodó & Cruz Ferrer, en el que defendían la inconstitucionalidad de las medidas de Ignacio González y pedían a Soledad Becerril que presentase un recurso ante el Alto Tribunal en su nombre.
La noticia sobre la recaudación de la AFEM se conoce pocas horas después de que el PSOE haya presentado un recurso de inconstitucionalidad contra las privatizaciones sanitarias en Madrid.